En 2020 seguimos viviendo en una estructura heteronormativa, y por lo tanto LGTBIfóbica, en la que se sigue perpetuando la incomprensión, las desigualdades e incluso las agresiones a la comunidad LGTBI.
Pero si nos quedamos sólo ahí, nos quedaremos cortas. La cultura que vivimos también está atravesada por otras estructuras que dificultan unas vidas y privilegian otras.
Últimamente lo hemos visto claramente cuando miles de personas han salido a la calle con el movimiento #Blacklivesmatter, haciendo presente y visible la estructura racista con la que convivimos día a día.
El movimiento feminista también ha reivindicado y sigue reivindicando la estructura patriarcal, el imaginario colectivo machista existente, así como las actitudes discriminatorias hacia las mujeres legitimadas día a día.
Ocurre también con otras estructuras culturales como el capacitismo, el edadismo o la normatividad corporal. Todas estas estructuras se van entrelazando, haciendo un complejo sistema de opresión y privilegio que invisibiliza y discrimina unas vivencias, mientras que con ello y a la par, favorecen otras.
Por eso, este 28 de junio es importante remarcar que orgullo es no dejar a nadie atrás.
Este año no se saldrá a la calle, y no porque haya dejado de ser necesario, ni porque las realidades LGTBI estén plenamente “normalizadas” como se atreven a expresar desde los sectores políticos de extrema derecha, sino porque los valores de respeto a la diversidad implican también valores de cuidado en todos los sentidos, y por lo tanto también en el sentido de la salud comunitaria. Nos quedamos en casa, luchando orgullosas por el respeto a la diversidad sexual existente e innegable.
Las realidades LGTBI no están “normalizadas” ni pretenden estarlo si normalidad significa entrar dentro de la norma con ciertas concesiones. Por lo que luchan es por ser respetadas, entendidas y valoradas de la misma manera que cualquier otra vida, por poder expresar lo que son y lo que sienten libremente sin tener que vivir por ello ningún tipo de violencia.
Desde Desmontando a la Pili nos sumamos a la campaña generada por la Plataforma 28J y el Colectivo Towanda #Aireatuorgullo, apostando por el apoyo comunitario y la visibilidad para crear, por fin, una sociedad que realmente abrace y cuide la diversidad.
Nosotras, un año más, insistimos en el papel esencial que tiene la educación sexual en la comprensión social de la diversidad en su más amplio sentido. Y, una vez más, apostando por los servicios públicos, para ello es necesaria la incorporación de la educación sexual integral y de calidad en el servicio público de educación de manera que llegue a ser accesible para todas las personas.
Feliz, diverso y rebelde día del Orgullo LGTBI.