Siempre nos gusta decir que el amor es revolucionario. Lo creemos firmemente y lo reafirmamos cuando hablamos con vosotras/os en las asesorías y charlas constantemente. Sin embargo, el amor también tiene una cara amarga y desagradable y que hay que aprender a gestionar: el desamor y las rupturas. Con rupturas nos referimos a cualquier relación amorosa que haya terminado: puede ser una relación de pareja estable y monógama, o poliamorosa, una relación que parecía informal o una relación de amantes que ya no lo son. Cualquier ruptura con alguien con quien habíamos establecido una relación especial más allá de una amistad corriente, y que de alguna manera ha terminado. A menudo serán relaciones en las que había enamoramiento, o tal vez solo sexo, quizá había algo de compromiso… pero ya sabemos que en esto de las relaciones hay muchas modalidades. Lo importante es que si vives una ruptura, del tipo de sea, puedas sobrellevarla lo mejor posible.
Para hacerlo algo más llevadero os dejamos una serie de recomendaciones de lo que NO conviene hacer, seguida de sus propuestas en positivo con lo que SÍ os puede hacer más fácil superar ese mal trago.
Cosas que no ayudan:
- Echarte la culpa de lo que podría haber sido y no fue, de lo que tendrías que haber hecho o dicho de otra manera, etc. Sólo sirve para atascarse más y sentirse mal. En lugar de ello intenta aprender de aquello que te pueda servir para futuras ocasiones. Intenta darle la vuelta a las culpas, y piensa en su lugar en términos de responsabilidad: hazte responsable de tus decisiones, aprende a distinguir lo que no depende de ti aunque te afecte, y cambia aquello que no te guste y que esté en tu mano cambiar.
- Permitir que tu autoestima caiga en picado. Ciertas relaciones de pareja dejan dañada nuestra autoestima, y las rupturas mal gestionadas pueden terminar de hundirnos. Tú vales mucho más que esa relación rota o a punto de hacerlo, y nadie debería hacerte creer lo contrario. Además, eres una persona única y compararte con tu ex (o con cualquiera, en general), es inútil.
- Creer que vales menos por no tener pareja. En cierto modo, aún vivimos en una sociedad en la que parece que es imprescindible tener pareja, y ese mensaje nos llega desde nuestra infancia a través de cuentos, anuncios y mensajes más o menos sutiles que terminan haciendo que pensemos que la única manera de ser feliz es tener pareja. Si bien es verdad que necesitamos personas cerca para sentirnos bien, la pareja no es el único modo. Alimenta tus redes de apoyo y amistad. Descubre la felicidad al relacionarte desde el amor también con estas personas.
- Jugar a los espías vigilando constantemente las redes sociales y preguntando por cada paso que da tu ex. Con eso sólo conseguirás alimentar el resentimiento y anclarte en un pasado doloroso, cuando lo que necesitas es atravesar ese dolor para poder deshacerte de él y pasar página. Sabemos que es muy tentador, pero te sugerimos que ejerzas un fuerte autocontrol sobre ti misma/o y no te hagas daño. Aunque si en algún momento acabas recurriendo a ello, no te tortures con la culpa y vuelve al punto de inicio.
- Conseguir rápidamente otra pareja o amante para desmostrarte a ti misma/o y a todo tu entorno que lo de tu ex te da igual y lo has superado, aunque en tu interior sepas que no es cierto y que aún te escuece la herida. Aunque puede parecer una buena solución para distraernos y aliviar el momento, en realidad es poco honesto contigo y con la otra persona.
Y algunas ideas que SÍ ayudan:
- Hacerte responsable. Es bueno que aprendas a hacerte cargo de tus decisiones y que pienses en términos de responsabilidad. Al principio puede costarnos, pero ya verás que si vas aprendiendo a sustituir tus ideas de culpa por las de responsabilidad, te vas a sentir mejor y vas a crecer mucho más.
- Cultivar tu autoestima. Piensa en tus cosas buenas y en aquellas que te cuesta más aceptar y perdonar, pero hazlo desde el amor hacia ti misma/o. Tratarte bien y hablarte con cariño.- puede ser un buen primer paso para superar este mal momento. Haz cosas en las que seas buena/o, disfrútalas y compártelas. Felicítate por los pequeños logros del día a día (también por los grandes, claro), y ponle menos atención a tus defectos y algo más a tus virtudes. Todos las tenemos y es bueno reconocerlas y ponerlas en valor.
- Valía personal sin pareja. Las personas valemos por lo que somos, no por quién esté a nuestro lado, o cómo sean nuestras relaciones. Hay muchas maneras de tener una vida plena y satisfactoria y las circunstancias de cada persona son muy variadas.
- Autocontrol para dejar el control. El autocontrol se ejercita, como los músculos o la concentración. Haz un esfuerzo para no dejarte llevar y asume que a partir de ahora no conocerás paso a paso lo que hace tu ex (ni falta que te hace, la verdad). Mantener ocupada tu cabeza y pensamientos en otras cosas te puede ayudar a no perseguir su sombra por las redes y entre tus contactos. ¿Qué tal engancharte a un buen libro? ¿O escribir tus propias historias? ¿Tal vez retomar algún deporte o hobby que te gustaba y sentaba bien?
- Darte el tiempo necesario antes de empezar otra relación. No sabemos decir cuánto tiempo es ese; para cada cada relación y cada persona será distinto, pero sí sabemos que es necesario que cierres bien un capítulo antes de pasar página y empezar el siguiente. Te sentará bien reecontrarte contigo misma/o durante un tiempo, escucharte y enamorarte de ti. ¡Para poder estar a gusto con alguien más es imprescindible que estés a gusto contigo misma/o y te quieras tú!
Sabemos que todo esto a veces se nos puede hacer muy cuesta arriba y atragantar. Las amistades y la familia puede ayudar a consolarnos y sostenernos, pero a veces también necesitamos hablar con alguien ajeno que nos escuche sin juzgarnos y nos pueda aconsejar y acompañar en este momento. No dudes en acudir o llamar a la asesoría sexológica del Cipaj: ¡verás que te servirá y te sentará muy bien!
Si te interesa este tema, el miércoles 18 de noviembre a las 17h hicimos la charla Hablamos D sobre rupturas en streaming. Puedes verla aquí.