MUJERES. 05/10/11.
La creativa publicitaria y colaboradora de Mujeres / EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com
Aurora de la Rosa, entrevista a la artista madrileña Yolanda Domínguez. “Si las mujeres ‘perfectas’ tienen orgasmos ¿cómo yo no los voy a tener? Es más importante interpretar bien tu papel que llegar al orgasmo. Afortunadamente nos estamos empezando a dar cuenta de cosas y a plantearnos si esto merece la pena”, apunta.
EL mundo erótico de los neandertales debió ser aburrido. Al parecer, eran muy inteligentes y tenían un sentido realista de la vida, pero les faltaba imaginación. Los antropólogos se hacen conjeturas sobre el fenómeno de su extinción, pero podría ser que simplemente dejaran de reproducirse por pura desgana ¿a quién le interesa el sexo sin una buena dosis de fantasía?
EN cambio, nuestro antepasado, el Hombre de Cromañón, era un crack en eso de inventar mundos ficticios. Se especializó en contar historias y creérselas. Y gracias a esa capacidad fabuladora, sus descendientes hemos sido capaces de inventar cosas tan prácticas como la lavadora y el Eyeliner junto a otras de más difícil comprensión como son los símbolos. Hay que tener mucha imaginación para transformar un trozo de tela en lo que llamamos bandera y convencer a la gente para que dé su vida por ella. Y no digamos ya para inventarse profesiones como notario o registrador de la propiedad.
LOS descendientes del hombre de Cromañón sabemos que cualquier encontronazo con la realidad puede ser letal, por eso no nos basta la evidencia de no llegar a mediados de mes por culpa de la hipoteca, sino que buscamos a un notario a fin de que nos asegure que realmente somos nosotros los que hemos comprado un piso. Y aunque eso ya nos deja un poco más convencidos, no obstante, también acudimos a un registrador para que testifique que lo que dice el notario es cierto. Los cromañones somos raros, de hecho, los extraterrestres lo saben y por eso no nos invaden, porque les damos miedo. Deben estar observándonos desde hace miles de años sin acabar de cogernos el punto.
LA fobia a la realidad se manifiesta de lleno en el terreno sexual. Es bastante común que una pareja vaya a pasar la noche en un hotel con la intención de fingir no conocerse o que aproveche el encuentro erótico no para acercarse el uno al otro, sino a la persona que cada uno de ellos tiene en su imaginación. Y a veces, incluso puede que se remate la escena con el colmo del delirio cromañón: el orgasmo fingido. En fin, cosas de nuestra especie.
DE algunas de estas cosas trata la obra de Yolanda Domínguez, una artista madrileña que juega a observar las reacciones del público cuando se le presenta ante los ojos los entresijos de nuestra dicotomía cotidiana. Una de sus acciones consistió en estacionarse en plena Gran Vía y ofrecer publicidad de una supuesta escuela en donde aprender a fingir orgasmos. Aproveché la ocasión para preguntarle por qué fingimos las mujeres, porque eso es lo que se dice, que nosotras somos las más fingidoras. Y esto fue lo que me contestó:
“CREO que por ese afán de ser perfectas en todo. Hay una escena de Gena Rowlands en la película Una mujer bajo la influencia de John Cassavettes que lo refleja muy bien, la actriz está discutiendo con su marido y llega un momento en el que le dice desesperada “¡Tú sólo dime qué papel quieres que interprete que yo sabré hacerlo a la perfección!”. Y es que somos profesionales de la interpretación, sabemos ser lo que se espera de nosotras en cada ocasión. Si las mujeres “perfectas” tienen orgasmos ¿cómo yo no los voy a tener? Es más importante interpretar bien tu papel que llegar al orgasmo. Afortunadamente nos estamos empezando a dar cuenta de cosas y a plantearnos si esto merece la pena”.
HAY quien dice que se finge por un sentimiento de protección
Sí, por supuesto, es el instinto maternal el que hace que prefiramos no herirles. Protegemos a los hombres de la humillación.
PERO, ¿eso no será peor? ¿No crea inseguridad el sospechar que te están engañando?
Es que mientras que no se den cuenta no hay humillación. En cuanto a la “seguridad” este es otro concepto interesante, siempre ha sido patrimonio de los hombres, ellos han sido educados en la seguridad en sí mismos, las mujeres al contrario, siempre dudamos de todo y pensamos que algo hemos hecho mal. Esto influye muchísimo a la hora de desarrollar cualquier meta en la vida. Recuerdo en la facultad que cuando el profesor corregía el dibujo de algún chico ellos respondían “a mí me gusta así y lo voy a dejar”. Sin embargo, ellas podían ser alabadas por el profesor y seguían preguntando “¿De verdad lo ves bien? Yo no estoy convencida”.
SÍ, es cierto que ellos se muestran más seguros, pero puede que también sea algo fingido. Aquí todo el mundo finge. Aunque para mentira gorda la que se nos ofrece en las revistas femeninas. De esto va la acción que has realizado en diversas calles de Madrid, en donde mujeres reales se mostraban en las actitudes que se ven en ese tipo de revistas. Tengo entendido que los viandantes querían llamar al Samur, asustados ante lo que veían ¿Cómo puede ser que algo que en la vida real suscita miedo o extrañeza sea aceptado como normal en las revistas de moda?
Por el contexto en el que está. Asumimos como normales esas posturas porque estamos hartos de verlas en la publicidad, en los medios, ya no nos llaman la atención. El hecho de descontextualizarlas invita a verlas desde otra perspectiva y percibir otras cosas que solemos pasar por alto. Esto estaba muy buscado y ese era precisamente el mensaje: si nos parece tan absurdo en la vida real por qué tratamos de imitar y seguir todas esas pautas que nos proponen las revistas, que son también absurdas y dañinas en muchos casos.
“CHICA joven se ofrece” es otro de tus trabajos en el que haces una reflexión sobre la pareja en las clases acomodadas. Sabemos que esta campaña se ha difundido en otros países ¿Cuáles han sido las reacciones?
“Chica joven se ofrece” nace de la necesidad de cuestionar una situación que aún se da en muchísimas parejas. La dependencia económica de la mujer en una relación resulta muy peligrosa ya que implica aguantar determinadas situaciones que sitúan a la mujer en un rol de sumisión del que es complicado salir. Obviamente esto no se cuenta de puertas afuera, la mujer sigue interpretando su papel y aparentando que todo es perfecto… pero no lo es.
Una mujer me escribió pidiéndome autorización para poder realizar esta acción en Medellín, Colombia, argumentando lo machista que es allí la sociedad y adaptamos el anuncio a algunas de sus costumbres. El anuncio resultó todavía más fuerte con propuestas como “Tomar la ‘píldora del día después’ para que no uses condón”. Por lo que me contaron los hombres arrancaban los carteles enteros cuando los veían y se los llevaban.
A veces me cruzo con hombres desorientados que dicen no poder asimilar de golpe el nuevo papel de la mujer ¿Tú qué opinas?
Bueno, no creo que sea tanta sorpresa, simplemente han aceptado una situación que ha sido ventajosa para ellos, ¿por qué la iban a cambiar? Era un acuerdo tácito entre las dos partes. Yo no creo que los hombres estén descolocados, están incómodos, asustados tal vez, pero entienden perfectamente la necesidad del cambio.
LA mujer ha sido espectadora durante siglos. Ahora que la sociedad actual está en proceso de autosuicidio, comienza a ser protagonista ¿crees que eso supondrá alguna oportunidad?
¡Por supuesto!, ya estamos cambiando muchas cosas. Evidentemente será un camino lento, no se pueden cambiar siglos de educación en unos años, pero estoy convencida de que todo evolucionará. Y lo haremos juntos, hombres y mujeres. Confieso con orgullo que me escriben muchos hombres que apoyan mis acciones y quieren contribuir a este cambio. Esto sólo podemos hacerlo de la mano.
CLARO, es que solas es complicado, a ver si hay suerte. ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Estoy preparando un proyecto fotográfico para una galería y una colaboración con una diseñadora de ropa con la que estoy creando una colección de objetos/prenda sobre la sumisión femenina. También tengo en marcha un nuevo living ¡del que por supuesto no puedo adelantar nada!
PUES estaré al tanto. Muchas gracias por tu atención.
NEANDERTALES y Cromañones convivieron miles de años. Quizás el de neandertal no murió de aburrimiento sino que prefirió hacerse el harakiri antes de seguirle el rollo al de Cromañón. Somos complicados, pero es lo que dice Yolanda Domínguez: “El cambio que necesitamos tendrá que ser protagonizado por hombres y mujeres conjuntamente”. Si hemos sido capaces de inventar la profesión de registrador de la propiedad, podremos hacer cualquier cosa que nos propongamos. Solo se trata de comenzar a contar nuevas historias que nos vuelvan a entusiasmar. ¡Ánimo!, we can…
Por Aurora de la Rosa creativa publicitaria y colaboradora de Mujeres. www.revistaelobservador.com