Leer nos permite explorar nuevos universos, entender más cosas y conocernos mejor; la sexualidad también. Leer es fuente de placer, nos cuestiona y nos hace crecer, al igual que la sexualidad. La cama es el lugar favorito de muchas personas para practicar la lectura y compartir intimidad o dedicarse un rato a unx mismx; lo mismo pasa con la sexualidad.
Nuestro cuerpo goza con un buen libro, así como de una enriquecedora caricias. Tanto el sexo como los libros nos aportan maravillosos momentos de intimidad pero también gratas y placenteras situaciones con otras personas. A menudo la sexualidad ha sido como esos libros que se ponen fuera del alcance de la mano, censurados, para no despertar demasiado interés. Así, van acumulando polvo y misterio, en vez de abrirnos sus hojas para que podamos leer, descubrir, reflexionar y hacer propios – o cuestionar – sus mensajes.
Con los libros y con el sexo exploramos y conocemos lo que nos rodea y lo que somos, aportándonos autonomía, libertad. Por ello, hay que hablar, crear lugares de encuentro, de reflexión o de intercambio para así desmontar esos prejuicios, ideas incompletas o erróneas, miedos, vergüenzas, rechazos, etc. Para llegar a construir otros discursos que nos permitan vivir, expresarnos y comunicar de manera más plena, libre y satisfactoria.
Los juguetes y productos eróticos sirven para el disfrute pero no únicamente. Pueden ser grandes aliados de nuestra salud, proporcionándonos mayor conocimiento y posibilidades de exploración, aspectos que sabemos que facilitan el empoderamiento y la aceptación de nuestras diferentes realidades.
Hablemos de sexo; atrevámonos a desmontarnos y cuestionemos, debatamos, leamos, aprendamos, juguemos, expresemos, reapropiémonos… Probablemente después nos llevemos mejor con nosotrxs mismxs y con nuestra sexualidad e incluso tengamos nuevas herramientas para defender nuestros derechos y empezar a hablar alto y claro.
Además, la creación de alianzas entre proyectos como La Hormiga Atómica Liburuak o La Pantera Rossa csl y Desmontando a la Pili, permiten hilar nuevos discursos, más abiertos, inclusivos y plurales, partiendo del pensamiento crítico, de la economía social y del feminismo. Porque la lectura y la sexualidad son fuentes de placer, de conocimiento y comunicación, qué mejor modo que tejer estas redes, compartir espacios y buscar lugares comunes como mecanismos de resistencias, instrumentos de autogestión, de crecimiento y apoyo mutuo.
Podríamos seguir, pero dejaremos en manos de vuestra imaginación respuestas a las preguntas, ¿quién dijo que la sexualidad no tiene nada que ver con las librerías?¿Juguetes sexuales junto a libros? ¿sexo dentro de la economía social? ¿consumo responsable hasta en la cama?