…y no te atreves a preguntar.
Las adolescentes de hoy en día tienen mucha más información sobre salud y sexualidad de la que disponían sus madres. Sin embargo, la avalancha de datos no impide que haya temas sobre los que aún no se tienen unos conceptos claros. Aula de Salud Policlínica Gipuzkoa ofrece mañana una charla en Eibar que correrá a cargo de la ginecóloga Leire Viguri. Se trata de una actividad de difusión dirigida a aclarar conceptos que crean dudas en la población adolescente, pero también en la adulta.
-¿Cuál es el objetivo de la charla que va a ofrecer en Eibar?
-El tema es amplio y la idea es hablar de cuatro cosas de forma superficial, con cuatro ideas muy claras. A partir de ahí quiero resolver las dudas que vayan surgiendo y lo que la gente vaya preguntando. En general voy a hablar de lo que es el patrón menstrual normal, algo que preocupa mucho a las madres. Quieren saber si la regla es regular o irregular, si es normal que su hija lleve tres meses sin la regla… Veremos cuáles son los motivos de consulta y qué es lo que nosotras las ginecólogas consideramos como normal. También voy a hablar de cuándo se recomienda ir por primera vez al ginecólogo, y que fundamentalmente el objetivo de ir al ginecólogo es, una vez empezadas las relaciones sexuales, hacer el diagnóstico precoz del cáncer de cuello de útero mediante las citologías. Explicaremos en qué consiste la revisión ginecológica, cuándo hay que hacer la primera citología, cual es el programa de cribado que se sigue en Osakidetza y cuál es el fundamento de las citologías.
-¿Algún tema más?
-Hablaré también de enfermedades de transmisión sexual y anticoncepción. Creo que son las cosas que más les puede preocupar.
-Antes lo ha nombrado, ¿cuándo se debe realizar esa primera visita al ginecólogo por parte de una joven?
-En principio se recomienda acudir al año de haber iniciado relaciones sexuales, con el fundamento de empezar a vigilar el cáncer de cuello de útero. Como el virus del papiloma humano se contagia única y exclusivamente por las relaciones sexuales, en principio en una mujer que nunca ha tenido relaciones sexuales no sería necesario hacer una citología. En ese caso se podría retrasar esa primera visita hasta los 25 años. Aunque esa visita no tenga el fundamento de hacer una citología sí que pueden aparecer otras enfermedades benignas como quistes de ovario o miomas que también hay que controlar.
-Esas son las recomendaciones, pero ¿cuándo se acude realmente a la consulta?
-Hay de todo. Yo que trabajo tanto en Osakidetza como en medicina privada sí que veo que el perfil en la privada es el de madres que tienen costumbre de hacer revisiones anuales con lo cual enseguida captan a las hijas y les inculcan esa necesidad de acudir al ginecólogo. En Osakidetza me he encontrado con gente de 27 años que jamás había ido al ginecólogo y que nunca se ha hecho una citología.
-¿No hay una edad marcada para iniciar las citologías?
-El único inconveniente que tiene el cribado de cáncer de cuello de útero en relación a otros programas de despistaje, como por ejemplo el de cáncer de mama, es que la captación de la paciente es oportunista. En el cáncer de mama a cada paciente le llega una carta a casa diciéndole cuándo tiene que hacerse una mamografía. Sin embargo, lo que ocurre aquí es que la paciente acaba en la consulta de ginecólogo o matrona por casualidad, derivada del médico de familia o lo que sea, y se le pregunta si se le han hecho citologías. ¿No, nunca? Entonces empieza el cribado. Como las citologías se hacen como mínimo cada tres años se ve que el seguimiento en realidad no es muy bueno, precisamente porque es la paciente la responsable de acordarse que se tiene que hacer la citología.
-En muchos casos la primera visita al ginecólogo se produce siendo menores de edad. ¿Existe aún recelo entre las adolescentes?
-Sí que es cierto que desde que somos cada vez más mujeres ginecólogas, creo que ese miedo ha disminuído un poco. Sí que vienen con respeto la primera vez, pero en ese sentido se sienten más arropadas.
-¿Qué preocupa a las adolescentes?
-Cada vez hay más embarazos no deseados entre las adolescentes, a pesar de que yo creo que le tienen más miedo al embarazo que a la enfermedad de transmisión sexual, a la que por descontado no le tienen ningún miedo. Una de las cosas que comentaré en la sesión es que una de las últimas recomendaciones de las sociedades y de los ginecólogos es utilizar el doble método anticonceptivo. Se trata de usar, por ejemplo la píldora que hace que la probabilidad de quedarte embarazada sea mínima, pero además utilizar el preservativo. De hecho, es una población que cambia mucho de pareja sexual. Es muy raro que una chica adolescente tenga siempre la misma pareja. Casos se ven, pero lo habitual es que cambien y tengan varias parejas. Yo creo que la adolescente que toma la píldora se siente falsamente protegida. Les da más miedo el embarazo no deseado que la enfermedad de transmisión sexual.
-Vivimos en la sociedad de la información, pero…
-Tenemos mucha información pero tal vez no se gestiona bien. Yo no sé qué tipo de charlas sobre educación sexual se dan en los institutos, pero a veces es mejor dar cuatro ideas y que esas cuatro ideas queden bien claras, que no bombardearles con tipos de métodos anticonceptivos, tipos de no se qué… Mucha información puede quedar difuminada. Por eso mi charla consta de veinte diapositivas, resolver dudas y que haya cuatro ideas que queden claras.
–¿Qué es el virus del papiloma humano?
-Se está hablando mucho de ello. Cada vez que aparece una alteración en la citología hay gente que viene muy agobiada pensando que tiene cáncer, pero hay que explicar que no, que este virus es el precursor pero desde que aparece una alteración en la citología hasta que aparece el cáncer pueden pasar muchísimos años.
-Entonces, ¿por qué hablamos del virus del papiloma humano cuando nos estamos refiriendo a adolescentes?
-Está demostradísimo que el virus del papiloma humano es una enfermedad de transmisión sexual, un virus con el que prácticamente el cien por cien de hombres y mujeres que hemos tenido relaciones sexuales hemos estado en contacto. Sí es cierto que es un virus de lenta evolución. Lo habitual es que cuando tú contraes la infección no te enteres porque pasa completamente desapercibida. La gran mayoría de hombres y mujeres somos capaces de curar la infección, el cuerpo puede hacerlo, y no pasa nada. Pero hay un 30% de mujeres en las que ese virus queda de forma latente en el cuerpo.
-¿Eso es un riesgo?
-Es en esas mujeres en las que al cabo de los años pueden aparecer problemas. El virus puede empezar a dar problemas a los 40 años o a los 35, y eso no quiere decir que hayas contraído el virus en ese momento. Hay mujeres que preguntan «¿esto me lo ha contagiado mi marido?», pero es un virus que puede haber contraído con 25 años y no enterarse hasta entonces. Por eso es importante empezar a cribar en ese momento. Es una enfermedad de transmisión sexual que puede acabar produciendo un cáncer si no se despista correctamente. La infección se contrae generalmente en la adolescencia, aparte de que uno de los factores de riesgo para tener cáncer de cuello de útero es haber iniciado precozmente las relaciones sexuales, cosa que está ocurriendo cada vez más ahora, y tener varias parejas sexuales sobre todo si se trata de gente que tenga contactos de riesgo.
-La charla que ofrecerá en Eibar ¿es sólo para adolescentes o es un tema de interés general?
-Está abierto. No hay que olvidar que hay mucha desinformación sobre el virus del papiloma humano y el cáncer de cuello de útero entre la población adulta, no sólo entre los adolescentes. Igual ocurre con los métodos anticonceptivos. Aquí hablaremos de la píldora porque es el método, después del preservativo, que más demandan las adolescentes. No hablamos del DIU ni otros métodos que no son de primera elección en su grupo de edad. Pero desde luego es una charla abierta a todo el mundo, yo creo que de interés general.