Somos muy afortunadas de tener un montón de talleres educativos ya en marcha desde que comenzó el curso. Y aunque es difícil hablar de «favoritos», porque todas las etapas vitales tienen un encanto especial y diferente a la hora de trabajar la sexualidad, hoy queríamos detenernos en una etapa en específico que a veces pueden despertar cierta inquietud: educación infantil y primeros ciclos de primaria.
No queremos ponernos muy técnicas (por aquello de no tentarte a darle a la X automáticamente y dejar de leer) pero sí que queríamos hacer hincapié en que nuestro bagaje de formación y experiencia profesional nos permiten ajustar y adecuarnos específicamente a la edad de las/os peques con las/os que trabajamos, y por ende, a los contenidos a tratar.
A través de cuentos, canciones y dinámicas lúdicas, conocemos el nombre correcto de las partes de nuestro cuerpo (especialmente aquellas que las personas adultas se empeñan en llamar con eufemismos surrealistas 🙃), aprendemos nociones de autocuidado, intimidad, límites, diversidad…y amor al propio cuerpo.
Frente al miedo o al «que viene el coco»,preferimos ayudarles a reflexionar vínculos de seguridad . Nos hacemos preguntas, resolvemos dudas (¿qué es eso de ser un hombre/mujer «de verdad»?, ¿quién puede ver /tocar nuestras partes íntimas?), y ponemos el foco sobre lo que en ocasiones puede sonar ajeno al mundo de la sexualidad y la identidad, siendo, por contra, uno de sus pilares: las emociones.
Ofrecemos además a todos los centros la posibilidad de dar una charla previa a las familias sobre los contenidos a tratar, y crear un espacio de seguridad y sin juicio alguno donde poder expresar sus, más que lógicos, miedos, inquietudes y dudas. Y, sobre todo, (permitidnos caer en el tópico, tan real), seguimos admirándonos profundamente de la maravillosa visión de las niñas y niños,su generosidad incluso con lo que en principio les despierta recelo, su curiosidad a prueba de bomba y una capacidad de creación que, sin duda, ya querríamos muchas personas adultas.
En definitiva, no, no son demasiado peques: al contrario, están en una edad magnífica para construir una identidad saludable,respetuosa e interiorizar el único camino deseable con un@ mism@ y con los demás:el de los buenos tratos.💜
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