Había una vez una Pili que buscaba casita para ser cuidada, mimada y empoderada. Puestas a buscar, decidió que fuese en un barrio chiquitín, pintoresco, diverso, mestizo y muy acogedor. ¡Y con nombre de algo dulce, a poder ser!
Allí encontró dos mamis perfectas, Pasión y Salud, que pintaron un hogar con lunares rosas para que viviese allí con ellas. Y lo llenaron de juguetes para niñxs grandes y cosas chulis.
La Pili era, como buena mezcla de maña y andaluza, muy arremangá, así que decidió que sería genial que muchas otras Pilis encontrasen allí con ellas un rinconcito de confianza y cuidados. Que descubrieran, como ella había conseguido, una sexualidad plenamente placentera y enriquecedora.
Como donde caben dos caben muchas más…decidieron ampliar familia. Adoptaron a Picardía y el bollito Placer. Y muchas otras mujeres que a lo largo del tiempo fueron pasando por la casita rosa para poner su semilla y cuidar a otras mujeres.
Si os las imagináis serias, pausadas y sensatas…deberíais visitarlas para salir de vuestro error. Eran cuatro locas que adoraban reírse muy fuerte, poner caras y muecas y soñar, ¡soñar muchísimo! También les encantaban los animales, lxs niñxs, comer pipas a dos carrillos y hacer de su tienda un hogar abierto. Y el sexo, ¡¡¡por supuesto!!! Conocerlo, sentirlo, hablarlo, compartirlo, educarlo. Y eran inmensamente felices recibiendo a mucha gente que llevaba a su Pili particular para ser atendida y mimada.
¿Os acordáis de la Noche de los Tenderos Creativos? Fue el 30 de Junio. Y muchxs de vosotrxs os pasasteis por allí para entrar en nuestro cuento. ¡Fue genial! Así que atentísimxs a nuestras redes sociales, porque puede que os veáis retratadxs en nuestro álbum de recuerdos.