Jane Goodall: lo que los chimpancés nos enseñan sobre la salud sexual

Adiós Jane. Gracias por ayudarnos a mejorar nuestra salud sexual

Cuando hablamos de Jane Goodall, solemos pensar en una científica observando chimpancés en la selva africana. Pero su legado va mucho más allá de la biología. Cambió para siempre la manera en que entendemos lo humano, y con ello, también abrió nuevas perspectivas sobre la sexualidad, el placer y la salud sexual.

Goodall no solo observó animales: observó vínculos, emociones, conductas y formas de relación que desafiaban la idea de que la sexualidad es algo puramente biológico o reproductivo. Su mirada empática, curiosa y libre de prejuicios sigue inspirando a quienes trabajamos por una educación sexual integral, feminista e inclusiva.


1. Romper la frontera entre lo humano y lo animal

Antes de Goodall, la ciencia mantenía una rígida división entre “lo humano” y “lo animal”. Ella demostró que los chimpancés usan herramientas, se comunican, sienten empatía, establecen alianzas y también disfrutan del placer sexual.

Esa constatación fue revolucionaria: mostró que el placer no es exclusivo de las personas, sino una parte esencial de la vida social y emocional de muchas especies. En el ámbito de la sexología, esto nos recuerda que el deseo, la afectividad y el goce son manifestaciones naturales de la salud sexual, no un lujo o un tabú. Y por ello es imprescindible contar con una buena educación sexual, que entienda que el sexo es un aspecto más de la salud de las personas. Y para eso también es imprescindible entender el sexo de manera amplia y no solo refiriéndose a cierto tipo de prácticas.


Jane Goodall ilustración chimpancé

2. Un enfoque feminista y empático de la ciencia

Jane Goodall también transformó la forma de hacer ciencia. En un contexto dominado por hombres y por la idea de que el investigador debía mantenerse distante y “objetivo”, ella eligió la empatía y la observación respetuosa. Nombró a los chimpancés, los reconoció como individuos y entendió sus comportamientos en contexto.

Su método, basado en el cuidado y no en la dominación, tiene mucho que enseñarnos sobre la sexualidad. Desde una perspectiva feminista, la educación sexual puede inspirarse en esa misma sensibilidad: observar sin juzgar, acompañar sin imponer y valorar todas las expresiones del cuerpo y del deseo. Las relaciones afectivas y sexuales sanas y positivas se basan en los cuidados y huyen de las relaciones jerárquicas y los juegos de poder. Y esa perspectiva, que puede ser hasta revolucionaria, es algo que también se puede aprender y practicar.


3. El sexo como vínculo, no solo como reproducción

Uno de los grandes aportes de Goodall fue mostrar que las relaciones sexuales entre chimpancés cumplen muchas funciones: sirven para reforzar lazos, aliviar tensiones y crear alianzas. No todo se reduce a la reproducción.
Este descubrimiento ayudó a la ciencia a comprender la sexualidad como una forma de comunicación y cuidado, una herramienta social y emocional.

Aplicado a los seres humanos, este enfoque amplía nuestra visión de la salud sexual: incluye el placer, el consentimiento, la conexión emocional y el bienestar. La sexualidad no es solo biología, sino también cultura, relación y afecto.


4. Cuidar el cuerpo, cuidar la vida

La mirada de Jane Goodall nos invita a entender que todo está interconectado: los cuerpos, los ecosistemas y las emociones. En un momento histórico en el que hablamos de sostenibilidad, autocuidado y bienestar integral, su mensaje sigue vigente.

Cuidar nuestra salud sexual —desde el conocimiento, el respeto y el placer consciente— también es una forma de cuidar la vida.
Al fin y al cabo, lo que Goodall nos enseñó es que entender al otro (sea persona o chimpancé) implica reconocernos en la diferencia y construir vínculos más empáticos y libres.


El legado de Goodall para la sexología

Jane Goodall nos enseñó que lo humano no se entiende desde la superioridad, sino desde la conexión. Su trabajo transformó la ciencia y, sin proponérselo, también nos dejó lecciones valiosas para la sexología contemporánea:

  • El placer es natural y necesario.
  • La salud sexual implica bienestar emocional y social, y es necesario su aprendizaje.
  • El conocimiento puede hacerse desde la empatía y los cuidados, no desde la dominación.

Su vida y su legado nos invitan a mirar la sexualidad desde un lugar más humano, más libre y más compasivo. ¡Hasta siempre Jane Goodall, seguirás siendo inspiración y modelo!

Jane Goodall

Ilustración de Nazaret Escobedo