Desmontando 7 mitos sobre los condones.

¿Sabías que….?: los primeros condones, hechos de tripas de animales, se usaban en el antiguo Egipto hacia el 1000 a.C. como protección contra infecciones. ¡Mucho antes de que fueran aceptados como método anticonceptivo o para prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS) en la época moderna!

Ahora que posiblemente hemos captado tu atención con esta histórica (y ligeramente escatológica) anécdota, vamos al tema que nos ocupa: el condón. Ese pequeño gran invento que a veces consideramos un gran aliado y del que otras veces no queremos ni oír hablar…¡hasta ahora!

Condones
Siempre disfrutar, nunca reutilizar

Veamos algunas cosas que nos pasan con los condones para penes, a ver si conseguimos desmentir mitos y empezar a llevarnos mejor con ellos. ¡“Desmontadoras” que somos, oiga!

– Quita sensibilidad

Los condones no son un traje de neopreno, ¡no hace falta exagerar! Sí, es cierto que disminuyen una parte (mínima) de las sensaciones, pero se siguen sintiendo un montonazo de cosas. Recuerda que todo el cuerpo es sensitivo y que tenemos cinco sentidos. En los encuentros sexuales no disfrutamos exclusivamente con los genitales, sino con todo el cuerpo. Además, ¿no te parece que la tranquilidad y seguridad que da el condón bien vale sacrificar un poquitito de sensibilidad? Siempre está la opción de usar condones ultrafinos, por otro lado. Aún así, os recordamos que están hecho de látex al igual que los guantes que usan las cirujanas a operar a corazón abierto y no pierden sensibilidad para tal labor. así que, ¿no creés que es algo un poco falocentrista esta idea de la pérdida de sensibilidad?

– Me aprietan

A ver, Sandokan. En el mercado de los condones hay tallas para aburrirte. Al igual que los calcetines, tienes que buscar aquellos que te vayan bien. Pero deja de usar esa excusa y “póntelo”.

– Se rompen

Un condón bien usado no tiene por qué romperse. A menudo las roturas se producen por una mala conservación (lo dejé en el coche al sol demasiado tiempo, o lo he llevado en la cartera meses y meses…), o por ponerlos mal. Mucho ojo con las uñas y los dientes, que eso sí los rompe. También hay que tener cuidado a la hora de sacarlo: es importante hacerlo antes de que el pene pierda la erección, para no que se quede dentro.

– Me dan alergia

Efectivamente esto puede ocurrir. Antes de nada hay que saber a qué tengo exactamente alergia. Habitualmente pensamos que es al látex (la gran mayoría de los condones están hechos de látex) pero puede que sea alergia a algún componente del lubricante o a la caseína (un derivado lácteo) que suelen llevan la mayoría de los condones. Si así fuera, hay unos condones hechos con resina sintética perfectos para las alergias, otros veganos que no llevan caseína o con lubricantes muy naturales. ¿Te das cuenta que el mundo de los condones es un interesante universo lleno de variedad?

– Cortan el rollo

Si voy con esa idea previa de que el condón es cortarollos… adivina qué pasará. ¿Qué tal si abandonas esa idea y en su lugar empiezas a considerar el condón como algo sexi? Entenderlo como parte del juego. Erotizar los cuidados es posible. Podemos jugar con otros elementos que ayuden en el momento de ponerlo: la risa y el humor, los susurros, los besos… cada quien encontrará qué es lo que mejor le funciona.

– Usar condón es de flojitos (o, en su defecto, no usarlo es de machotes)

Venga, que ya va siendo hora de revisar un poco esas masculinidades viejunas que siguen tan arraigadas y que nos hacen daño a todo el mundo. Cuidarse y cuidar a la otra persona no es poco masculino, igual que correr riesgos no debería tener género aunque parece que la masculinidad vaya directamente relacionada con poner en riesgo la salud, empezando por la de uno mismo. La fortaleza que queremos hoy en día es aquella que va de la mano de la protección y la responsabilidad.

– Prefiero tomar la píldora

Si eres tú quien la toma, porque no quieres quedarte embarazada, recuerda que los condones también evitan la transmisión de infecciones, pero la píldora no. Por no hablar de que los anticonceptivos hormonales tienen efectos secundarios que no tienen los condones. Los condones son totalmente inocuos.

Si tienes pene y no eres quien se toma la píldora, pero le pides a tu amante o pareja que la tome, párate un poco a pensar en que la prevención de embarazos es también cosa tuya, y una bonita manera de compartir esa responsabilidad es usar condones. Además, lo de las enfermedades también vale para ti: que la otra persona tome la píldora no te protege a ti frente a ninguna enfermedad; el condón sí os protege a ambos.

Los condones a día de hoy son métodos muy completos, efectivos e inocuos para la salud. Son sencillos de encontrar, de poner si sabes cómo, hay mil tipos (tamaños, texturas, sabores, colores, etc) y son económicos. Así que ya sabes, dale una vuelta a tus pensamientos y sensaciones en torno a ellos porque de verdad que los condones son sexys.

Condones
El potencial es infinito

¡Ah! Y, por si no lo sabías, existe también el llamado condón femenino o preservativo vaginal, una opción que quizá no es de tan fácil acceso (a la hora de adquirirlo) como los condones para pene, pero es igualmente seguro , no lleva látex y permite mayor control y autonomía a las mujeres sobre su protección sexual. Puedes conocer más sobre ellos aquí.

Respecto a los condones, ya te adelantábamos antes que por diversidad no será…¡ hay para todos los gustos! En nuestra web tenemos una amplia gama, echa un vistazo aquí para encontrar el que mejor se adapte a ti.

Condones

Aprovechamos también para unirnos en este 1 de diciembre a las reivindicaciones del Día Mundial del Sida. Nuestras compañeras de Omsida (Asociación para la ayuda a personas afectadas por el VIH/sida) lanzan este año una campaña para seguir desmontando mitos en torno a la enfermedad. Bajo el lema «Hay personas que todavía piensan que los besos contagian el VIH- Que no te contagien la ignorancia»; traen un montón de actividades interesantes que os compartimos a continuación. ¡Ah! Y os dejamos el enlace a su web por si queréis conocer más acerca de su labor.


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