Contra la violencia obstétrica y la visión patriarcal de la medicina.

 

Queremos compartir con vosotras una campaña  en pro del Día Mundial de la Salud Mental Materna. Creemos que es un claro ejemplo de violencia obstétrica y hace que, una vez más, pensemos en los intereses, el control  y la medicalización que se ejercen sobre  las mujeres. Os dejamos los puntos reflejados en el manifiesto  así como algunas de las argumentaciones que se dan con el fin de generar una reflexión y un debate. Con ello queremos cuestionar y denunciar el trato que recibe  la salud de las mujeres, sobre todo durante el embarazo y el parto, desde las instituciones públicas e internacionales y desde la medicina occidental patriarcal. Nuestra postura se centra en un mayor respeto hacia los cuerpos, una revisión y cambio de la medicina y el conocimiento científico  desde  los Estudios de Género y feministas, a la no estigmatización de las mujeres embarazadas, la valoración de la crianza como trabajo de cuidados, y el rechazo hacia los diagnósticos que tienden a patologizar a las mujeres sin plantearse la necesidad urgente de un verdadero cambio sociocultural. 

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La Sociedad Marcé Española de Salud Mental Perinatal (MARES), junto a representantes de diferentes organizaciones en Austria, Australia, Argentina, Canadá, Francia, Nueva Zelanda, Nigeria, Sudáfrica y Reino Unido, se han unido para proclamar el Día Mundial de la Salud Mental Materna.

¿Por qué la salud mental maternal debe ser una prioridad?

  • Porque la salud mental materna IMPORTA.
  • Porque la enfermedad mental materna EXISTE.
  • Porque SE PUEDE detectar, diagnosticar y tratar.
  • Porque CUIDAR a las madres favorece el vínculo y el desarrollo saludable de los bebés.

Argumento: Porque la salud mental de las madres eLola Vendettas necesaria para el desarrollo y crecimiento de lxs hijxs. Muchas mujeres sufren y experimentan emociones negativas frente a los numerosos cambio vitales del embarazo y el posparto. El 25% de las embarazadas experimenta algún tipo de malestar psíquico significativo. El estrés y la enfermedad mental materna pueden afectar directamente al feto y al recién nacido con impacto sobre su desarrollo físico, cognitivo y emocional que puede perdurar en el tiempo. La atención y los cuidados hacia la salud mental de la madre proporcionan el apoyo necesario para que las mujeres puedan ampliar sus recursos y capacidades personales, adaptarse mejor a estos desafíos, vincularse afectivamente con su bebé, alimentarlo y cuidarlo. Por eso, cuidar la salud mental de las madres supone mejorar la salud de la sociedad actual y futura.

¿Por qué necesitamos un Día Mundial de la Salud Mental Materna?

  • Para aumentar la conciencia y la sensibilidad mundial acerca de la importancia de la salud mental materna. Argumento: Cualquier mujer con independencia de su edad, nivel económico, cultural y etnia puede desarrollar un trastorno mental durante el embarazo y posparto. Una de cada 7 mujeres que son madres por primera vez va a experimentar algún trastorno ansioso o del estado de ánimo durante el embarazo o el posparto. Nos referimos a la depresión perinatal, la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo, la bipolaridad y/o la psicosis posparto. Además, factores como la enfermedad mental previa personal o familiar, la pobreza, la desnutrición, las infecciones y la violencia también suponen un riesgo añadido. Se estima que un 20-25% de los embarazos terminan en un aborto espontáneo o en muerte fetal. Además de un sentimiento de pérdida y duelo, muchas de estas mujeres pueden experimentar un episodio depresivo, un duelo complicado o síntomas de estrés postraumático. Dar a luz a un bebé prematuro o tenerlo durante un tiempo prolongado en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, también puede influir en la salud mental materna.
  • Para conseguir que los gobiernos destinen fondos a prevenir, detectar y tratar los trastornos mentales de las mujeres durante el embarazo y posparto. Argumento: Queremos conseguir que nuestros gobiernos destinen más fondos e inviertan en recursos para la prevención, la detección, el tratamiento y la creación de dispositivos específicos para la recuperación de los trastornos mentales perinatales y paliar los efectos que éstos tienen a corto plazo sobre las propias madres, sus hijos y sus familias.

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  • Para erradicar el estigma de la enfermedad mental materna.
  • Para prevenir el impacto negativo de la enfermedad mental materna sobre la relación madre-bebe.
  • Para evitar las muertes por suicidio materno y/o infanticidio. Argumento: El suicidio y el infanticidio son las complicaciones más graves que puede tener la enfermedad mental de la madre en este período. En los casos de infanticidio, las mujeres son consideradas y condenadas como criminales, en lugar de pacientes afectadas por una enfermedad mental grave y necesitadas de cuidado y tratamiento.

Como hemos anunciado al comienzo de este texto, nuestra intención es aportar información para contribuir al debate que cuestiona y revisa los enfoques y las posturas patriarcales que medicalizan (forma de control) la salud y los cuerpos de las mujeres. Para terminar nos gustaría compartir con todas vosotras una reflexión/aportación de Carme Valls-Llobet que consideramos muy enriquecedora.

«El proceso de victimización es complejo porque intenta reducir a la otra persona a la nada por ella misma. Para ello se han puesto en practica diversas estratégias desde hacer que las mujeres deMi doula y yopendan de la mirada del otro, hasta convertir su cuerpo en un campo de batalla en el que se sienta fragmentada y dividida. Después, los procesos sociales y la biopolítica acabarán introduciéndose en su subjetividad, por lo que puede pasar de estar enferma a convertirse en enferma, víctima de algo real o imaginario, que en su interior se convierte en real. El proceso de victimización culmina cuando el cuerpo de las mujeres se convierte en objeto de mercado y de manipulación, por medio de la cosmética, la cirugía estética y la mdeicalización de todos los procesos de su cierpo, de los fisiológicos, como la menopausia o el parto, y de los mentales, ya que a veces incluso el duelo de una pérdida o el de una separación es medicalizado. Como si no sentir nada fuese la panacea de la felicidad. Sumisas, obedientes, «femeninas» y sin sensaciones ni sentimientos parece ser el objetivo del ideal androcéntrismo, que es superior, y que las prefiere víctimas a seres humanos, con capacidad de sentir y de amar.

Valls-Llobet, Carme (2011): Mujeres, Salud y Poder, (pp. 303-304). Madrid: Feminismo.