El 8 de marzo es para nosotras un día tanto de celebración como de reinvidicación.
Celebramos…
En primer lugar, que es nuestro cumple. Llevamos ya 12 años desmontando a la Pili, y eso nos parece un gran motivo de celebración. Han sido 12 años de desmontar pero a la vez crecer y construir en muchos sentidos, de mucho esfuerzo y también de muchas recompensas. Y lo celebramos con un equipazo y mirando hacia los 12 años siguientes. Tenemos claro que no estaríamos aquí si no fuera por nuestras redes y la comunidad que nos cuida y sostiene. Ese es nuestro siguiente motivo de celebración. Muchas muchísimas gracias a todas esas personas que formáis parte de este proyecto desde el cariño y el sostén. Da mucho gusto estar tan bien arropadas, y sois una parte fundamental de todo esto.
Celebramos también que el feminismo está vivo, que nos nutre y nos atraviesa. Como todo ser vivo, evoluciona y tiene sus contradicciones y dificultades, como las tiene cualquier ser vivo que debe adaptarse constantemente a un entorno cambiante e incluso hostil. Nos reconocemos dentro de esa búsqueda de nuevos equilibrios, a través de la confluencia y las alianzas que multiplican en lugar de restar, sin dejar fuera a nadie. Nos reconocemos más en la pluralidad que en los identitarismos, y nos gusta participar en algo tan grande y potente, en el que cada una podemos aportar desde nuestras diferencias. Somos conscientes de que los algoritmos de las redes no buscan nuestro bienestar ni responder a las necesidades humanas, así que intentamos entender el mundo desde otros lugares, sin renunciar a los debates reales – que no son las discusiones con las que nos topamos en redes – y cultivando amorosamente un espíritu crítico que facilite entender el mundo y mantenernos luchando, pero sin perder el foco.
Reinvindicamos…
Defendemos que la educación sexual será feminista o no será. El modelo de educación sexual desde el que trabajamos es un modelo que persigue visibilizar la diversidad. Y al hablar de diversidad hablamos de diversidad sexual en cuanto a identidad, orientación del deseo, y expresión de género, por supuesto. Y también hablamos de la diversidad de cuerpos, de capacidades, de edades, de orígenes y etnias, etc. Consideramos que es fundamental mantener una mirada intereseccional que dé cabida a todas estas diversidades que de un modo u otro nos atraviesan a todas las personas. En ese sentido, entendemos la diversidad como parte del sujeto político que defiende y debe defender el feminismo. Nuestra lucha es contra el patriarcado, y siempre estará al lado de la transformación social y la justicia. Esa transformación que consideramos necesaria queremos que nos lleve hacia un mundo donde el aire sea más puro y la naturaleza esté en armonía: un mundo más sostenible, donde cuidemos el medio ambiente y seamos capaces de reconocer la interdependencia de todos los seres vivos, y actuar en consecuencia. También nos gustaría que de una vez por todas se deshaga ese icerberg del patriarcado que sólo considera válido y valioso lo productivo, sin tener en cuenta que si se sostiene es gracias a una ingente cantidad de trabajos reproductivos que se mantienen invisibles y precarizados: los cuidados, las tareas domésticas, la gestión emocional, la resolución no violenta de conflictos, el mantenimiento de las redes familiares y comunitarias, el autocuidado, etc. Para acabar con esa estructura tan injusta es imprescindible salir de la lógica del capitalismo, y situarnos en otros modelos de producción… y de reproducción. Poniendo los cuidados y todas esas tareas invisibles pero imprescindibles para sostener la vida en el centro, y dándoles el reconocimiento que se merecen. Y ya que estamos, una vez que consigamos salir de la lógica del patriarcado y del capitalismo igual ya habremos entendido también que las guerras no tienen ningún sentido, y que nunca ha sido a través de los ejércitos ni las armas como se han conseguido lugares más vivibles ni se han mejorado las sociedades.
La educación sexual que realizamos y defendemos parte de la alegría y del placer, como pilares fundamentales. Estamos convencidas, y así lo vemos en nuestro día a día, que es una herramienta valiosísima para combatir las discriminaciones y conseguir la transformación social esa que hace tanta falta. No nos cansamos de repetir que nos encanta nuestro trabajo, y que es un privilegio poder crecer a vuestro lado: para empezar, transmitir y acompañar en descubrir el amor por todo lo que cada una es, y reconocernos el derecho de parar, mirar, sentir y expresar. También facilitar el derecho a ser cuerpos, integrando lo sensorial y lo emocional con lo pensamos y hacemos, para entendernos y querernos integralmente. Y radicalmente… ¡es necesario aprender a querer y a querernos radicalmente!
Siempre decimos en nuestros talleres y asesorías que las preguntas nos llevan más lejos que las respuestas. Así que terminamos con un par de ellas.
Y tú… ¿qué deseo le pides este 8m a la lámpara mágica del feminismo?
Y a ti… ¿para qué te sirve el feminismo?
Feliz y transformador 8 de marzo. ¡Seguimos!!
Ilustración de nuestra compañera Rachel @rass_av en instagram