En el post de hoy tenemos unos deberes muy calientes para ti. («Deberes» en sí misma no es una palabra muy erótica, así que venga, la vamos a cambiar por «propuesta»). ¡Vamos a descubrir el potencial erótico de las fantasías!
Recuerda: las fantasías sexuales generan energía erótica, lo cual es un maravilloso regalo que te puedes hacer a ti misma/o. ¡Y sin moverte del sofá/cama/silla de la oficina…[inserte aquí lugar a su elección]
¿Y cómo abordar tan fascinante misión? No te preocupes; tus pili-sexólogas de confianza te hemos preparado estos 7 tips para ponértelo más fácil.
- ¡Saca tu guionista interior! La próxima vez que subas en autobús, o que vayas caminando por la calle tranquilamente, intenta imaginarte cuáles son las historias sexuales de las personas con las que te cruces. No vale quedarse enganchada/o en ninguna historia, hay que conseguir imaginar un máximo de relatos diferentes. Si muchos de ellos son inverosímiles, mejor.

2. Visualízate a ti misma/o e imagínate en una situación que te resulte excitante y placentera. No te pongas freno, puedes ir un poco más allá. Al fin y al cabo, las fantasías cumplen su función en ese ámbito de la imaginación, y tenerlas no quiere decir que deseemos en la realidad llevar a cabo aquello que inventamos.
3. Identifica qué te activa emocionalmente. Las fantasías no solo van de imágenes, sino de emociones. Quizá pensar en elementos descontextualizados (esposas, disfraces, entornos concretos…) no te dice nada, pero sí hay ciertas emociones que te despiertan deseo (curiosidad, misterio, conexión, sensación de libertad, poder…) ¡desde ahí surgen ideas!.
4. ¡Stop prejuicios! A veces no nos permitimos dar rienda suelta a nuestra mente porque creemos que son raras y esto nos genera malestar. Pero imaginar algo, por muy extraña que nos resulte la fantasía, no significa tener la necesidad de llevarla a cabo. Las fantasías forman parte del imaginario y este debe ser libre.
5. Escribe tus propias fantasías. ¡No necesitas detalles explícitos o tener un premio Pullitzer! Prueba con cosas más sencillas: dinámicas que te atraen, describir ambientes, sensaciones que te gustaría sentir…
Escribir libera bloqueos y suele abrir nuevas posibilidades.
6. Enriquece tu vida erótica sin dejar de cuidarte. Suena a perogrullo, pero no podemos olvidar que en lo que a la persona se refiere, somos un sistema interconectado, no hay «departamentos estancos». Por tanto, cuidándonos…estamos cuidando nuestro placer y deseo. ¿Ideas? Obvias, pero efectivas:
- Dormir mejor
- Reducir estrés
- Recuperar hobbies
- Conectar con el cuerpo (relajación consciente, mindfulness...)
Cuanto más conectada esté tu vida con el placer en general, más fértil será tu imaginación, y en consecuencia, tus fantasías.
7. Tip extra; si notamos el cerebro un poco oxidado y nos cuesta arrancar, hay cantidad de recursos que nos pueden inspirar y así encender la chispa de la imaginación: literatura erótica, películas, relatos, cómics…
Entrenar nuestra imaginación y capacidad de tener fantasías eróticas es un ejercicio muy simple y que nos puede reportar grandes beneficios a nuestra vida sexual. Podemos tenerlas en solitario y disfrutarlas silenciosamente, o decidir compartirlas e intercambiarlas con la pareja o con alguien cercano.

¡Te esperamos! Síguenos en redes sociales para conocer más sobre nuestra labor fomentando la salud sexual; te dejamos el enlace directo a nuestro instagram y facebook.
¿Te apetece darte un caprichazo? Haz click aquí y descubre una amplia variedad de juguetes molones.