Compartimos este texto con motivo del 28 de junio, día del orgullo LGTBI+.
En Desmontando a la Pili trabajamos para poner en valor la diversidad y el orgullo de la misma los 365 días del año. Y, semana tras semana, mes tras mes, topamos en esta labor con una sombra oscura, mezquina y escurridiza que se cuela en los medios de comunicación, las aulas, los despachos, las conversaciones en la parada del bus, los entes públicos, etc. Es hábil, manipula y tergiversa con asombrosa facilidad, y lo peor de todo, es poderosamente sonora.
Esta sombra es un discurso de odio que encuentra rendijas donde filtrarse con mucha facilidad, a veces disfrazado, otras a cara descubierta y nos asusta con su aparente magnitud, nos hace plantearnos cuán fuerte puede llegar a ser.
Este discurso homófobo, machista, intransigente y casposo tiene un antagonista claro con el que podemos y debemos combatir: la educación, estrecha amiga de la comprensión y la empatía, un poderoso antídoto contra el odio.
Esta herramienta nos pone cara a cara a una certeza reconfortante: la sombra del odio es ruidosa y llamativa, sí, pero no puede opacar al resto de realidades
y nos resistimos a cederle el protagonismo.
Es por eso que ante la oscuridad, reivindicamos más que nunca el arcoíris. Un arcoíris que aúna diversidades, luchas, redes y apoyo. Va mucho más allá de lo establecido, de lo esperable, de lo normativo. Educa, forma, abre mente y corazones, para lograr anteponer los derechos humanos sobre cualquier otra cosa. (Porque no, Manolo, “tu opinión” pierde por completo su valía cuando atenta contra la integridad de las personas).
No podemos olvidar por qué se creo este arcoíris y qué representa. Hablamos de una discriminación histórica que ha dejado a personas sin posibilidad de
vivir sus vidas, castigadas, marginadas por amar y por ser quienes son. Siendo más duro aún para aquellas atravesadas por la interseccionalidad. Toda esta
discriminación pasada, pero también presente, es lo que hace necesaria la existencia de una comunidad y también la celebración este 28 de junio de
nuestra existencia, que lejos de avergonzarnos, nos enorgullece.
Este arcoíris nació como revuelta y trinchera ante la oscuridad e insiste en trocar el silenciamiento y la represión por visibilidad y afirmación. Este arcoíris es mucho más que siete colores, son miles, millones, tantos como personas nos reunimos en él, y que hace que ORGULLO sea una palabra profundamente necesaria hoy…y los otros 364 días del año. 🌈
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